El sector de las fintech (combinación de financial y technological) se está convirtiendo en una de las áreas más prometedoras de los círculos financieros a nivel global, Desde pequeñas startups hasta grandes bancos internacionales
Las fintech son un concepto muy amplio que abarca una gran variedad de empresas y servicios: se trata de la tecnología financiera aplicada a la búsqueda de soluciones digitales para transformar la industria de la inversión y de la gestión del patrimonio, préstamos, pagos, finanzas personales o la reinvención de los bancos, entre otros.
El término fintech surge de la combinación de las palabras financiero y tecnología, y engloba a todas las empresas que operan en ambos sectores. Aunque la palabra fintech surgió por primera vez a finales de la década de 1990, cuando las empresas financieras y las empresas tecnológicas empezaron a confluir, el fintech tal y como lo conocemos hoy en día apareció en la época de la última crisis financiera, en 2008.
Originalmente, las fintech se referían a pequeñas empresas innovadoras que tenían una propuesta disruptiva, como nuevas formas de pago o interacciones con las redes sociales, por ejemplo. Hoy, el término se ha generalizado y engloba a proveedores de gran alcance que ofrecen soluciones innovadoras para la banca digital. Tras la grave recesión sufrida de principios del siglo XXI, los consumidores e inversores perdieron la confianza en las instituciones financieras tradicionales y empezaron a dirigirse a las nuevas empresas emergentes relacionadas con las nuevas tecnologías.
El futuro de las finanzas es tecnológico
El fintech aplica el desarrollo de las tecnologías de la información a todo tipo de servicios financieros, eliminando la falta de eficiencia en la medida de lo posible y solventando el problema de la rapidez. El objetivo es que los usuarios puedan utilizar estos servicios de forma barata y cómoda, a través de un movimiento tecnológico y global donde muchas pequeñas empresas quieren cambiar la forma en la que entendemos los servicios financieros utilizando la tecnología.
No obstante, la participación de las fintech no se limita únicamente a la industria financiera per se, sino que el propósito de las nuevas tecnologías financieras consiste en mejorar y ofrecer nuevas oportunidades y formas para que las pequeñas, medianas y grandes empresas de todo tipo de sectores puedan encontrar la mejor forma de gestionar sus propias finanzas.
¿Para qué se usa las Fintech?
Es cierto que el concepto es muy amplio y cuesta delimitar un campo específico para clasificar las fintech, pero se trata de tecnología y servicios que usamos a diario. Pagos y transacciones, banca digital, negociación de mercados, gestión de materias primas, financiación colectiva, desarrollo de sistemas de seguridad financiera, asesoramiento online, monederos digitales…
Es muy probable que a medio plazo, la combinación entre tecnología y los cambios en las formas de gestionar las finanzas acabe con la extinción de los bancos tal y como los entendemos hoy, que serán desplazados por los grandes gigantes tecnológicos tipo Google, Amazon, Facebook o Apple, con sus propios sistemas financieros. Actualmente en el sector bancario, la tendencia es la digitalización, la automatización de procesos, el cierre de oficinas y la eliminación de personal.
En este escenario, los bancos están cerrando sucursales; es una realidad que no ha hecho sino acelerarse con la pandemia. Solo en un año se calcula que se han cerrado unas 3.000 oficinas en España. Ahora, la prioridad de la banca es incorporar tecnología y ofrecer servicios nuevos a sus clientes. No obstante, un banco no es una tecnológica, y poco pueden hacer para hacer frente a gigantes que sí lo son y que ahora están desarrollando nuevos productos mucho más flexibles y atractivos para el cliente.
El fintech revoluciona la forma de pagar
Si usamos una aplicación como Bizum o simplemente los servicios online de nuestro banco, ya estamos aprovechando las ventajas del fintech. El cambio en los hábitos de consumo y la aparición de nuevos actores en el sector financiero llega acompañado de una revolución en las formas de pago, con una clara tendencia a la desaparición del dinero en metálico en beneficio de los pagos electrónicos.